El médico de Atención Primaria (AP) juega un rol crucial en la prevención y control de la TB. Aunque en zonas de baja incidencia puede ser raro ver casos, es fundamental considerar la TB en el diagnóstico diferencial de síntomas respiratorios persistentes. En caso de diagnosticar TB, el médico debe notificar a los Servicios de Vigilancia Epidemiológica y participar en el tratamiento y seguimiento de los pacientes y sus contactos.
La tuberculosis en datos
La tuberculosis (TB), es la mayor causa de muerte de la humanidad: ha causado 1.000.000.000 de muertes en los últimos 200 años. En 2022 ocasionó 1.3 millones de muertes a escala mundial.
Abordaje de la tuberculosis en Atención Primaria
Es vital que en cada Área Básica de Salud haya un referente en TB para asesorar a los colegas y que los médicos de AP se familiaricen con las Unidades Clínicas de TB, que han demostrado ser efectivas en el seguimiento de casos y contactos.
Un médico de Atención Primaria que atendiera a 2000 personas con incidencias anuales de TB cercanas a 10/100 000 habitantes vería 1 caso de Tuberculosis cada 5 años, por lo que se hace poco probable que en la actualidad sea un experto en esta enfermedad, a no ser que trabaje en una zona de elevada incidencia como suelen ser los barrios más pobres de las grandes ciudades. En cualquier caso, sí debe barajar el diagnóstico de Tuberculosis, por ejemplo, en el diagnóstico diferencial de una tos y expectoración de más de 2 semanas.
Por lo tanto, La Atención Primaria tiene un papel esencial en la detección precoz, el cribado de pacientes en riesgo y el seguimiento de tratamientos para TB e infección tuberculosa latente. La estrategia “Fin a la Tuberculosis” de la OMS propone mejorar la gestión de esta enfermedad para intentar disminuir su incidencia hasta en un 90% para el año 2035. Para alcanzar esta meta es imprescindible la colaboración de la Atención Primaria.
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