En este artículo, Cristina Represas (Servicio de Neumología del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo) y Alberto Fernández Villar (Grupo de Investigación NeumoVigo I+i e Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur) abordan el valor del microespirómetro COPD-6 en la detección temprana de la epoc.
Las principales guías de práctica clínica sobre la epoc (GesEPOC y GOLD) instan a poner en marcha estrategias para mejorar el diagnóstico, ya que su detección en estadios precoces, junto al abandono tabáquico y a la adopción de las medidas terapéuticas oportunas, contribuye a un mejor pronóstico de la enfermedad.
En este escenario, es importantísimo que tanto los profesionales de Atención Primaria como los especialistas cuenten con herramientas que les permitan llevar a cabo cribados de epoc con alta sensibilidad (detección del mayor número de casos) y niveles aceptables de especificidad (limitación de falsos positivos).
La espirometría con prueba broncodilatadora es imprescindible para el diagnóstico de epoc, y debe utilizarse como prueba de confirmación ante una sospecha diagnóstica por síntomas respiratorios crónicos; pero en entornos con recursos limitados no siempre hay un espirómetro disponible y personal debidamente capacitado en su uso.
El COPD-6 es un microespirómetro validado para la detección de patologías obstructivas, de uso más sencillo que el espirómetro convencional y, aunque no lo sustituye, resulta útil como primera aproximación en una estrategia escalonada de diagnóstico que permita detectar a los pacientes con alta probabilidad de tener epoc, a los que realizar una espirometría con test broncodilatador de confirmación.