Enfermedad inflamatoria Intestinal

Colitis Ulcerosa

La colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC) se clasifican como enfermedades inflamatorias intestinales crónicas (EII) que tienen síntomas similares y provocan trastornos digestivos e inflamación en el sistema digestivo1.

Algunos de los síntomas de la EC y la CU incluyen diarrea, dolor abdominal, sangrado rectal y pérdida de peso. Se caracterizan principalmente por la inflamación. A pesar de la similitud entre estas dos enfermedades, existen algunas diferencias entre los síntomas de la EC y la CU. Por ejemplo, la colitis ulcerosa afecta a la mucosa del intestino grueso y suele aparecer en el recto y se desarrolla hacia otras zonas del intestino grueso sin afectar al intestino delgado. En cambio, la EC afecta a toda la pared intestinal, puede afectar también al intestino delgado y puede iniciarse en cualquier parte del tracto digestivo1. 

En este apartado vamos a centrarnos en la colitis ulcerosa, realizando una revisión muy resumida de su importancia, diagnóstico y manejo.

Epidemiología

En todo el mundo, la incidencia de CU está aumentando progresivamente. La incidencia anual de CU varía de 8,8 a 23,1 por 100.000 personas/año en América del Norte, de 0,6 a 24,3 por 100.000 personas/año en Europa y de 7,3 a 17,4 personas/año en Oceanía (Figura 1). Aunque la CU puede ocurrir a cualquier edad, la incidencia máxima ocurre entre los 20 y los 40 años, sin diferencias significativas entre hombres y mujeres. Algunos estudios han encontrado que existe un segundo periodo de edad de aparición de la enfermedad, ya que entre el 10% y el 15% de los nuevos diagnósticos ocurren después de los 60 años2.

Mapa mundi de la incidencia de la colitis ulcerosa en el mundo
Figura 1. Incidencia de la CU en el mundo. Extraída de Du L, et al. Gastroenterol Clin North Am. 2020 

Curiosamente, en el siglo XXI, los estudios han encontrado que la incidencia de la CU en los países desarrollados se ha estabilizado y, en algunos casos, incluso ha disminuido. Sin embargo, a pesar de esta estabilización, la prevalencia de la CU (el número de personas afectadas) ha aumentado dramáticamente, ya que es una enfermedad crónica que no se cura del todo2.

Aunque la incidencia de la CU se ha estabilizado en los países desarrollados, en realidad ha aumentado en muchos países recientemente industrializados de América del Sur, Asia, África y Medio Oriente. Aunque la prevalencia sigue siendo baja en estos países, se espera que aumente dado el creciente número de nuevos diagnósticos de CU2

Etiología de la Colitis Ulcerosa

El diagnóstico de la CU se basa en sus signos/síntomas, la evaluación endoscópica y los resultados de las biopsias3-7

Los síntomas incluyen diarrea, sangre en heces, urgencia por ir al baño y dolor abdominal3-7. En particular, una historia prolongada de diarrea con sangre y la presencia de deposiciones nocturnas deberían aumentar la posibilidad de CU. Un 30% de los pacientes presentan manifestaciones extraintestinales, siendo la más frecuente la artritis3. 

Hay que tener en cuenta que la Colitis Ulcerosa es una enfermedad remitente-recurrente, lo que significa que los signos y síntomas aparecen y luego pueden remitir hasta la aparición de un nuevo brote3-7.

El diagnóstico diferencial sigue siendo amplio y, en particular, debe excluirse la infección. La endoscopia es clave para el diagnóstico3,4. El diagnóstico preciso y la estadificación de la enfermedad son imprescindibles, ya que afectan las opciones de tratamiento y el pronóstico3,5-7. 

Clasificación de Montreal de la extensión de la CU3,8
ExtensiónAnatomía
E1: ProctitisLimitada al recto
E2: Colitis del lado izquierdoHasta el ángulo esplénico (colon descendente y recto)
E3: Colitis extensa/pancolitisHasta el ángulo hepático (color trasverso, descendente y recto)

 

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Seguimiento de la enfermedad

La comprensión y el compromiso del paciente en su atención son cruciales8.

Los parámetros clínicos deben reevaluarse cada 3 meses durante la fase activa. Una vez que los síntomas han desaparecido, se deben realizar revisiones clínicas cada 6 a 12 meses. Se deben realizar colonoscopias cada 1-5 años para investigar sospechas de exacerbaciones y garantizar la vigilancia de la displasia colorrectal8. 

  1. Seyedian SS, et al. A review of the diagnosis, prevention, and treatment methods of inflammatory bowel disease. J Med Life 2019; 12(2): 113–122.
  2. Du L, et al. Epidemiology and Pathogenesis of Ulcerative Colitis. Gastroenterol Clin North Am. 2020 Dec;49(4):643-654.
  3. Kaenkumchorn T, et al. Ulcerative Colitis: Making the Diagnosis. Gastroenterol Clin North Am. 2020 Dec;49(4):655-669 
  4. Maaser C, et al. ECCO-ESGAR Guideline for Diagnostic Assessment in IBD Part 1: Initial diagnosis, monitoring of known IBD, detection of complications. Journal of Crohn’s and Colitis, 2019, 144–164
  5. Sicilia B, et al. Guía GETECCU 2020 para el tratamiento de la colitis ulcerosa. Elaborada con metodología GRADE. Gastroenterol Hepatol. 2020;43(Supl 1):1-57
  6. Fuxman C, et al. Guía GADECCU 2022 para el tratamiento de la colitis ulcerosa. Adaptación y actualización de la Guía GETECCU 2020. Gastroenterología y Hepatología 2023; 46: S1-S56.
  7. Raine T, et al. ECCO Guidelines on Therapeutics in Ulcerative Colitis: Medical Treatment. J Crohns Colitis. 2022;16(1):2-17.
  8. Seagal JP, et al. Ulcerative colitis: an update. Clin Med (Lond). 2021 Mar;21(2):135-139