Insuficiencia venosa crónica

¿Qué es la insuficiencia venosa crónica?

La Insuficiencia Venosa Crónica (IVC) es una enfermedad crónica que se manifiesta generalmente en forma de varices, piernas cansadas y otros síntomas visibles o invisibles. Se produce cuando fallan o se debilitan las válvulas encargadas de hacer circular la sangre por las venas de las piernas para su retorno al corazón.

La prevalencia de Insuficiencia Venosa Crónica en la población femenina adulta se encuentra entre el 20% y el 50%, mientras que en los hombres oscila entre el 10% y 20%. Es una afección con un fuerte componente genético y no puede ser curada, aunque se pueden tratar los síntomas con tónicos venosos (también llamados flebotónicos) y prevenir complicaciones a través de la adopción de una serie de hábitos saludables.

La Insuficiencia Venosa Crónica puede mostrar distintos signos clínicos, como las varices, las variectasias, las telangietasias (también conocidas como arañas vasculares), o las varículas. Según la Asociación Cuida Tus Venas, los síntomas que puede presentar esta patología son, en orden decreciente de prevalencia, pesadez de piernas, calambres, dolor, hormigueo, las propias varices, picor, hinchazón y, en casos más extremos, úlceras venosas.

Medicamentos de Faes Farma para la insuficiencia venosa crónica

El vademécum de FAES FARMA dispone de varios productos farmacéuticos que pueden ayudar a aliviar las molestias de determinadas afecciones relacionadas con la IVC, como el edema, las varices o las piernas cansadas o doloridas. Estos fármacos son:

  • Esberiven (Troxerrutina) en solución oral.
  • Hemorrane (Hidrocortisona) en pomada.
  • Venosmil (Hidrosmina). Venotónico en cápsulas duras.
  • Venosmil (Hidrosmina). Venotónico en gel.

La Insuficiencia Venosa Crónica se diagnostica a través de una prueba Eco-Doppler. En función del grado de insuficiencia del paciente y los factores determinados por el cirujano o cirujana vascular, puede prescribirse desde un tratamiento conservador que se limite a un control periódico y unas variaciones saludables en su estilo de vida hasta una intervención quirúrgica, si el especialista considera que será suficiente para aumentar la calidad de vida del paciente.

Aunque la herencia genética es el factor de riesgo predominante en la insuficiencia venosa crónica el paciente puede implantar una serie de hábitos saludables que le ayuden a disminuir el riesgo de su aparición, y las molestias de sus síntomas.

  • Llevar una dieta saludable. Evitar las grasas saturadas, y el exceso de aditivos, sal y azúcar. Consumir alimentos con fibra e hidratarse con frecuencia.
  • Eliminar el alcohol y el tabaco.
  • Calzado y ropa. Utilizar calzados cómodos y evitar los tacones altos. Se recomienda vestir prendas ligeras y holgadas.
  • Elevar los pies al descansar. Tanto al dormir como en períodos de reposo en sofá o sillón, se recomienda elevar los pies unos 10-15 cm por encima de la cabeza.
  • Refrescarse con frecuencia. Para aliviar las molestias, se aconseja darse duchas de agua fría cada cierto tiempo.
  • Medias de compresión. De sujeción ligera, normal o fuerte, según la gravedad de la enfermedad y las circunstancias del paciente.
  • Practicar un deporte adecuado. Realizar con frecuencia una actividad física que no implique impactos ni variaciones de presión en las piernas. Algunos deportes interesantes para personas con IVC son la natación, el ciclismo o la gimnasia.