Sistema respiratorio – Asma y EPOC

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Las enfermedades del sistema respiratorio como la EPOC o el asma son muy frecuentes en la actualidad en nuestro país. Entre ellas, las más comunes son la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), el asma, la apnea obstructiva del sueño y el cáncer de pulmón (1).

Conscientes de su trascendencia, Faes Farma tiene en su portfolio fármacos específicos destinados a mejorar la salud de las personas que sufren de asma y EPOC.

En España, el asma afecta aproximadamente a un 5% de la población adulta y en torno al 10% de la población infantil (1). Así mismo, en nuestro país, un 12% de la población de 40 o más años de edad sufre EPOC (2).

Médicos revisando una radiografía del tórax de un paciente

Asma:

Generalmente, la persona asmática nace con una predisposición genética heredada, que se manifiesta por la presencia de varios casos de la enfermedad en familiares próximos. Esa tendencia hace que la persona, al entrar en contacto con algunas sustancias o estímulos a los que es sensible (pólenes, gérmenes, algunos fármacos, contacto con ciertos animales, ácaros del polvo, productos químicos, etc) reacciona con una inflamación y obstrucción agudas de las vías respiratorias. Esta reacción puede ser mediada por mecanismos alérgicos (asma alérgica) o no alérgicos (asma no alérgica).

Suelen alternarse periodos sin síntomas, con otros en los que aparece la clínica habitual: tos, opresión en el pecho, dificultad para respirar y pitidos. Los síntomas suelen aparecer cuando la persona sufre una infección respiratoria aguda y/o entra en contacto con las sustancias a las que es sensible. A veces, los síntomas pueden aparecer bruscamente, en lo que llamamos crisis de asma, que pueden llegar a ser graves (incluso mortales) y necesitar ingreso hospitalario (3).

Por la suma de antecedentes de asma en otros familiares, presencia de síntomas típicos y confirmación de la obstrucción de los bronquios en una espirometría (prueba que se realiza en los centros de salud, soplando a través de una máquina que mide el estado de la vía respiratoria).

En cierto modo sí: intentando evitar los estímulos que provocan la inflamación de la vía respiratoria y tomando los tratamientos pautados por el médico.

El tratamiento fundamental son los fármacos inhalados: broncodilatadores (nada más inhalarlos se produce una dilatación de la vía aérea) y corticoides (antiinflamatorios, que tomados de forma habitual evitan la reacción exagerada de la vía aérea). En los casos más leves bastará con tomar broncodilatadores inhalados de forma ocasional (al aparecer síntomas), mientras que en los más serios habrá que tomar de forma habitual corticoides inhalados además de broncodilatadores cuando haya síntomas. También existen fármacos inhalados que combinan corticoides junto a broncodilatadores. En casos más complejos puede ser necesario administrar otros fármacos orales (antileucotrienos, corticoides), vacunas u otras medidas más avanzadas (3).

Paciente de EPOC con mascarilla de oxígeno

EPOC:

Es una enfermedad crónica, en la que se produce un inflamación y obstrucción de las vías respiratorias bajas (bronquios). A diferencia del asma, esta obstrucción se hace progresiva y no es reversible espontáneamente ni con tratamiento médico.

Por la suma de una predisposición genética heredada y la exposición a diversos factores de riesgo que dañan progresivamente el pulmón. Entre estos factores, el principal es el tabaco. Podemos decir que el tabaquismo es la principal causa de EPOC en el mundo y en España. Otros factores de riesgo y causa de EPOC son la exposición crónica a contaminación ambiental o al humo de combustión en el hogar (sobre todo en zonas rurales y países en vías de desarrollo). También un asma mal controlado durante años puede desembocar en EPOC. En la fisiopatología de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica intervienen varios procesos clave: obstrucción bronquial irreversible (o sólo parcialmente reversible), inflamación y remodelado de la vía aérea.

Habitualmente, tras años de exposición a factores de riesgo (principalmente el tabaco), comienza a aparecer falta de aire ante esfuerzos, tos con o sin expectoración y pitidos en el pecho. Generalmente, estos síntomas van apareciendo de forma lenta y progresiva a partir de los 40 o 50 años de edad, empeorando lentamente. Algunos pacientes, sin embargo, pueden presentar también crisis agudas parecidas a las del asma, con todos esos síntomas apareciendo bruscamente.

¿Cómo se diagnostica? Normalmente por la aparición de los síntomas típicos y progresivos en una persona fumadora mayor de 40 años, a la que se le detecta una obstrucción de la vía aérea en una espirometría (4).

La mejor medida es no fumar. Si el tabaco ya ha provocado EPOC, abandonarlo frenará el deterioro de los bronquios y junto al tratamiento médico mejorará los síntomas y la calidad de vida. También evitar la exposición a contaminación, infecciones o controlar bien el asma pueden prevenirlo.

Además de evitar los factores de riesgo antes descritos, debe recibirse tratamiento médico. La base de éste son los inhaladores, tanto broncodilatadores como corticoides (algunos pacientes EPOC los necesitan para evitar las crisis agudas). Dependiendo del tipo de EPOC, su gravedad y el momento, se utilizarán diferentes tipos de inhaladores. Además de estos, otros tratamientos orales (antibióticos, corticoides), rehabilitación, administración continua de oxígeno u otras medidas pueden ser necesarias.

Desgraciadamente, en España, la EPOC es la 3ª causa de muerte entre los varones y la 4ª entre las mujeres (5).

  1. Libro de las Enfermedades Respiratorias. ACINAR 2020.
  2. Estudio EPISCAN II.
  3. Guía Española del Asma. GEMA 5.0
  4. Guía española EPPC GesEPOC 2017
  5. Global Burden of Disease 2017.